En la noche del miércoles 9 de agosto de 1961, Ernesto Che Guevara ofreció una conferencia de prensa a periodistas locales e internacionales en el Playa Hotel donde se hospedó en Punta del Este mientras asistía como representante del gobierno cubano a la Conferencia del Consejo Interamericano Económico Social. Según consignó El Bien Público, la concurrencia fue excepcional, entre 250 y 300 personas.

La pluma del escritor Eduardo Galeano sintetiza así la conferencia de prensa:

“El Che Guevara se las arregló para responder a mil preguntas: un enjambre de periodistas lo acribilló sin piedad, y el Che tuvo ocasión de demostrar su habilidad política.

Sin etapas tuvo que saltar de los problemas del desarrollo económico a la admisión de Canadá dentro de la OEA; de ahí a las relaciones de Cuba con los países del Este y al asunto ése del aeroplano de la Pan American que había sido secuestrado ese mismo día. No sólo eso; también tuvo que soportar impertinencias, estupideces; se las ingenió para tomar el toro por los cuernos cuando era preciso hacerlo, ejerció su ironía a costa de más de un periodista. Un hombre con acento inglés dijo: “Yo soy periodista británico, ¿estamos en guerra o no estamos en guerra?”. ‘No parece británico’, le respondió el Che. Después, con indignación visible, explicó a Milton Fontaina, de Saeta TV: “Yo no tengo ex patrias. Sepa, señor, que mi patria es mucho más grande que la suya: América es mi patria”. Los aplausos resonaban a menudo en la sala del hotel Playa.”

Reproducimos un fragmento de esa conferencia en la que se refiera a la revolución boliviana de 1953.

Periodista del diario “Presencia” de Bolivia: ¿Qué opinión tiene usted acerca de la revolución boliviana?

Ernesto Che Guevara: Mire, la pregunta que usted hace es una pregunta difícil de contestar. Nosotros hemos visto a la revolución boliviana como un gran paso de avance de los pueblos de América en un momento dado. Hemos visto con mucha simpatía la Reforma Agraria y la nacionalización del estaño. Pensamos que se pueden hacer más cosas pero, naturalmente, no somos nosotros quienes vamos a dar esos consejos, porque son el Gobierno y el pueblo de Bolivia los que tienen que hacer lo que tendrán que hacer, como lo decía su ministro de Hacienda, después de un plan que es agresivo con relación a los planes que se hacen en general para América.

Sin embargo, después de diez años, su ingreso medio o su ingreso “per cápita”, va a ser inferior al de los países desarrollados en el momento actual. Es decir, la situación de Bolivia es una situación difícil que hay que verla a luz de la experiencia boliviana, de las específicas cualidades de su pueblo, de su clima, de sus riquezas naturales, de su historia, y hay que juzgarla en esa forma. De tal manera que los que fundamentalmente deben juzgar a la revolución boliviana son los propios bolivianos.

Nosotros mantenemos nuestras simpatías por las fórmulas que han mantenido los bolivianos y las mantienen en esta conferencia; es decir, la Reforma Agraria integral, como una meta de los pueblos en revolución, y la nacionalización de los medios principales de producción, como son las minas de estaño.

(…)